Lo que nos dejó Santa Claus
Esta semana mi familia se unió a las estadísticas de niños accidentados por los juguetes de Navidad. Resulta que a mi niño de 4 años le regalaron una bola de brincar, muy similar a la de la foto. El viernes 26, pasadas las 9pm, estábamos listos para salir para una fiesta, cuando mi niño agarra la bola y comienza a brincar por la casa. En uno de sus brincos se cae de espalda y chocó su cabeza con la esquina de una pared. Se imaginarán el corre y corre y la gritería que se formó cuando le toqué la cabeza y se me llenó la mano de sangre. Salimos para la sala de emergencias, pero no sin antes asegurarme de que la bola estuviese vacía y en el zafacón. Nos llevamos a mi nena de 2 años quien, por supuesto, también quería participar del drama e iba todo el camino gritando que le dolía el ojo. Por supuesto no tenía nada, simplemente que si su hermano tiene algo, sea un juguete, la atención de alguien o un dolor, ella también tiene que tenerlo, es como una ley filial, no?
A las 3 de la mañana y con 5 puntos en la cabecita de mi hijo (le tuvieron que afeitar al área y tiene ahora una calvita), regresamos a casa con la tranquilidad de que sólo era una herida y las placas /rayos X no reflejaron nada peligroso más allá de eso.
Lección aprendida. Los Reyes Magos pensaban traerle unos patines al nene, pero sensatamente decidieron no hacerlo y van a pedir un reembolso en la tienda.
En el hospital me enteré de la gran cantidad de niños que llegan a sala de emergencias por brazos y piernas rotos, entre muchos otros accidentes, víctimas de sus regalitos de Navidad y Reyes.
Mucho ojo, mucha supervisión, y casco/coderas/rodilleras para los niños siempre!!!