Preocuparse por mierda

¿Cuántas veces hemos repetido o escuchado la frase "no te preocupes por mierda", entre otras variaciones del concepto de "preocuparse por mierda"?
Nunca pensé que alguna vez entendería o lo viviría en el sentido literal, hasta que tuve hijos. Este fin de semana estuve literalmente preocupada por mierda, en un caso por la ausencia de ella, y en otro por exceso. Esto debido a que uno de mis hijos estuvo todo el fin de semana con estreñimiento y el otro con un virus del estómago con diarreas y fiebre altísima. ¡Y cuánta preocupación me causó, estuve todo el fin de semana con el corazón encogido por ver a mis chiquitos enfermos! Como siempre, en estos casos invariablemente aplica la Ley de Murphy: los dos niños se enfermaron mientras estábamos lejos de casa de vacaciones, y al llamar a los números de emergencia del pediatra repetidamente para que nos recomendaran qué hacer para estabilizar la situación, nunca nos contestaron. Finalmente llamamos a Teleconsulta de Triple-S, donde nos atendieron y aconsejaron muy bien. Todo tuvo un final feliz y ya están 100% recuperados ambos niños. De todos modos, me pareció curioso cuán real y cierto puede ser el preocuparse por mierda.
Moraleja de esta historia: la mierda, no importa si es poca o mucha, siempre jode y siempre preocupa.